Una telefonista que estaba de servicio en la central de líneas internacionales hizo una llamada de Las Vegas (Estados Unidos) a Fran¬cia. Después de dejar que sonara el teléfono 40 veces, la empleada preguntó al que llamaba si deseaba cancelar la comunicación. "No; insista usted", le pidió el cliente; "es un castillo muy grande".
—P.E.
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