NOTICIAS POLICIALES DE ANTAÑO.
HORRIPILANTE CRIMEN EN LA 5a SECCIÓN DE RIVERA INÉDITA CRÓNICA POLICIAL.
Rivera, 28 de marzo de 1925 (Uruguay).
ADVERTENCIA: ESTE ARTICULO NO ES PARA MORBOSOS.
Por nuestro enviado especial en la zona de los hechos (Hechos se llamaba la zona).
Todo comenzó una fría mañana de un caluroso verano como no se había visto por esos pagos. Horripilante Crimen, que así se llamaba un tropero que recorría el país de punta a punta (desde la primera página hasta terminar con el Gallito Luis). En esa oportunidad arreaba ató por la 59 sección de Rivera alrededor de mil quinientas cabezas de ganado, cosa que los labriegos no podían entender como Horripilante podía arrastrar tantas cabezas, ya que éstas carecían del cuerpo. El, muy servicial, les explicaba que para este trabajo se necesitaba mucha cabeza y que el resto de cada animalito había sido enterrado en un cementerio de mascotas.
Bueno, siguiendo con don Crimen, diremos que éste montaba un brioso flete, llamado Malacara, nombre que tristemente le fue puesto luego de que éste, en el año 25, un 28 de marzo, esperó en el medio de las vías, al caballo de hierro a pesar de que sus papas te habían dicho que era muy peligroso, Pero como todo gurí, igual quiso verlo en vivo y en directo, y pa qué, cuando quiso darse cuenta voló entre los matorrales. Quedó desbolado1, atontado y con la cabeza hecha un cuajo, y de ahí su nombre "Malacara". Las heridas fueron de tal magnitud que le causaría su deceso diez años más tarde (eran tiempos sin apuros como siempre decimos). El equino debe fallecer precisamente el día que se desarrolla esta crónica, así que vamo a apurarnos sino nos quedamos dé a pie. Don Crimen, como decíamos, dirigía su tropilla al mejor estilo, casi como años más tarde lo harían Pierino Gamba o Romél o el Catusa Silva. Al llegar a la intersección de la Quebrada de los Cuervos y Rincón de las Gallinas, se encuentra con una manifestación de animales varios, los cuales en forma por demás hostil, tirando terrones y bosta de vaca, además de portar pancartas, molestaban a los transeúntes que inadvertidamente acertaban a pasar por ese paraje. El tumulto tuvo su origen a raíz de la mala información recibida por el bichaje. Resulta que por esa fecha se realizaba el carnaval y alguien largó que venía la murga "Asaltantes con patente". Pero en realidad era que en el monte se refugiaba una gavilla de asaltantes. A todo esto los bichos más agresivos resultaron ser los Patos Cabreros, que además de gritar consignas dejaban detrás suyo a cada paso, lo que Üds. saben.
Brigada de asalto.
Desde la capital llegaron fuerzas especiales a reprimir a los insurrectos. Entre estas fuerzas estaba la brigada de asalto, la que fue muy aplaudida por la concurrencia al ver a estos esforzados servidores saltar alambrados y porteras como locos. Loque no sabían los espectadores era que los milicos saltaban para todos lados porque los habían mandado á formarse justo arriba de un hormiguero. A todo esto, Horripilante calentaba agua para el mate, pero tardíamente descubre que este no tiene agujero; se dio más cuenta cuando vio que al tratar de meterle yerba ésta cubría el suelo hasta la altura de sus rodillas, y diga que lo sintió porque llevaba calzas, que sino se hubiera muerto asfixiado al amontonarse más yerba en su derredor.
La balacera infernal.
La confusión reinaba por doquier. Entre los palos y gases que recibía nuestra fauna, comenzó la balacera contra la banda de asaltantes que se refugiaban en el monte. Estos foragidos eran liderados por el "Negro Blanco", hombre dé color negro pero de apellido Blanco. Estos malvivientes habían robado todos los bancos de la ciudad de Rivera, dejando a los viejitos y parejas que los utilizaban en plazas y parques, literalmente parados.
Como los legendarios matreros, la banda abrió fuego contra los uniformados (algunos no, pues por el calor andaban en calzoncillos).
En el fuego cruzado, bala va, bala viene, inocentes cotorras que regresaban al calor de su hogar, se encontraron con lo que en primera instancia creían una horda de abejas asesinas, pero era con plomo caliente. Algunas de ellas lueron alcanzadas por los proyectiles y morían en pleno vuelo, como aquellos viejos aviadores de la primera guerra mundial.
Cuando los malhechores agotaron sus municiones, ya que éstas no tenían ni un minuto de descanso, optaron por rendirse a la autoridad.
La muerte no llegó.
Mientras tanto, Horripilante que aún no podía consolarse con el asunto del mate, recibe una ráfaga de metralleta de un cabo que estaba juntó a él. El incidente tuvo su derivación cuando el agente ve al viejo tropero meter la mano entré sus ropas; la motivación de ésa acción fué la de sacarse una molesta garrapata, cosa que fue mal interpretada por el hombre de gatillo fácil.
Afortunadamente ninguno de tos proyectiles penetró en el cuerpo del tropero, al que de muy niño te apodaron "alfajor triple", pues al igual de la masita, tenía tres capas, pero de mugre, que a la postre eso lo salvó.
Epílogo.
Hoy, a sesenta y cinco años de aquellos sucesos trágicos, vive retirado de su antigua profesión acompañado de su esposa doña Saña Enfermiza y sus tres hijos, Alevoso, Maníaco y Matamosca.
Reside en las afueras de la ciudad de Montevideo, en el camino de Las Tropas, donde sentado sobre una cabeza de vaca se dedica a navegar por intemet tratando de bajar información sobre cómo, cuándo y dónde se inventó el agujero del mate y otras yerbas.
Grabado de Carlos González
" Según vocabulario gaucho: renguera producida por la sacada o quebradura del fémur.
Sabrá disculpar tos habituales teetúres de esta página por la chanza que les jugamos.
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