ARTICULOS DE CIENCIA

A través de la literatura revisada por pares es el canal formal de comunicación para la comunidad científica es la herramienta con la que los científicos se comunican y comunican acerca de sus descubrimientos unos a otros a través de las distancias y del tiempo. 

La literatura científica proporciona, a la vez, un sistema de difusión y un archivo; es fundamental para el esfuerzo de colaboración que constituye la ciencia moderna. 

Sin acceso a ella, un científico no puede mantenerse al tanto de los avances, no tiene dónde aportar sus hallazgos y se encuentra fuera del círculo de información. 

Un problema tradicional para el acceso a la literatura que han enfrentado los investigadores y académicos de los países en desarrollo es la incapacidad de sus instituciones de costear las suscripciones a las revistas, que pueden ascender a miles de dólares por publicación. No obstante, las cosas han estado cambiando, y en los últimos diez años se han visto esfuerzos importantes por hacer las revistas científicas revisadas por pares accesibles para estos miembros de la comunidad de investigadores en forma gratuita o a un precio muy reducido. 

Asimismo han surgido prestigiosas revistas de acceso libre que teóricamente permiten la consulta irrestricta de todos los artículos que contienen. ¿Pero es el precio de compra el único obstáculo para que los investigadores del mundo en vías de desarrollo participen en el diálogo científico internacional. La necesidad de acceso.

El verano de 2011 vio el décimo aniversario de la reunión de seis importantes editoriales biomédicas (Blackwell, Elsevier Science, Harcourt Worldwide STM Group, Wolters Kluwer International Health & Science, Springer Verlag y John Wiley) bajo la coordinación de la Organización Mundial de la Salud (OMS), las cuales anunciaron el lanzamiento de la Iniciativa de Acceso a la Investigación de la InterRed-Salud (en inglés, HINARI), también conocida como Programa de Acceso a la Investigación en Salud HINARI. 

La misión de HINARI era proporcionar acceso en línea gratuito, o a un costo muy bajo, a unas 1500 revistas de ciencias bio -médicas y sociales para las instituciones públicas no lucrativas de las naciones emergentes.La necesidad era clara: una encuesta realizada por la OMS en el año 2000 demostró que 56% de las instituciones de países con un ingreso bruto nacional per cápita (IBN per capita) por debajo de 1000 dólares no contaban con suscripciones vigentes a ninguna revista internacional.

En sus comentarios en honor al décimo aniversario del lanzamiento de HINARI, la directora general de la OMS, Margaret Chan, dijo, refiriéndose a la encuesta: “Los investigadores y académicos de los países en desarrollo calificaron la falta de acceso a la mejor literatura médica y científica. ,.. Compartir la ciencia, posibilitar el acceso global a la literatura científica como uno de sus problemas más apremiantes. El motivo era simple: falta de dinero para pagar las suscripciones.

El programa HINARI creció, y con 160 editoriales participantes, ahora proporciona de manera gratuita unas 8 000 fuentes de información sobre salud y ciencias bio-médicas (principalmente revistas revisadas por pares) a las instituciones de 63 países con un IBN per cápita actual de 1 600 dólares o menos.

Para otros 42 países con un IBN per cápita de 1 601-4 700 dólares, se ofrece acceso al precio de 1000 dólares anuales por institución. El programa hermano Acceso a la Investigación Mundial en Línea sobre la Agricultura (AGORA), en el que participan más de 40 editores y que es administrado por la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación en sociedad con la Universidad Cornell, fue lanzado en el año 2003 y actualmente proporciona acceso en línea a más de 1 200 revistas sobre ciencias alimentarias en las mismas condicioes. 

En 2006, Acceso en Línea a la Investigación sobre el Medio Ambiente (OARE), en el que participan más de 150 editores y que está administrado por el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente en sociedad con la Universidad de Yale, comenzó a proporcionar el mismo tipo de acceso a más de 3 000 revistas sobre ciencias ambientales. Y en 2009, la Organización Mundial de la Propiedad Intelectual (OMPI) lanzó su programa de Acceso a la Investigación para el Desarrollo y la Innovación, que ofrece acceso a bajo costo a más de 200 revistas de ciencia y tecnología de 12 editoriales para las oficinas de patentes e institutos de investigación que cumplen con los requisitos. Juntos, HINARI, AGORA, OARE y OMPI, conocidos colectivamente como Investigación para la Vida están poniendo revistas a disposición de más de 5000 instituciones usuarias.

Iniciativas similares entre las que se incluyen HighWire de la Universidad de Stanford, la Red Internacional para la Disponibilidad de las Publicaciones Científicas (INASP) y ediciones de libre acceso tales como EHP y la tabla de publicaciones de la Biblioteca Pública de Ciencias (PLoS) también han mejorado el acceso a la información científica. “El acceso a la información es la clave para desbloquear la participación de los científicos de países con ingresos bajos y medianos en el discurso científico global”, explica Kimberly Parker, directora del programa HINARI, quien reside en Ginebra, Suiza. “Sin la última evidencia relevante para su trabajo y su investigación, nuestros colegas del Sur Global pueden perder un tiempo precioso repitiendo investigaciones conocidas, o bien, pueden desarrollar políticas basadas en conocimientos obsoletos”. El sitio web de Research4Life presenta un testimonio revelador escrito por Shehu U. Abdulahi, vicerrector de la Universidad Ah- madu Bello en Zaria, Nigeria: “Hace algunos años realizamos un experimento para cirugías en ganado y, dado que pensamos que era una excelente investigación, redactamos un manuscrito sobre los hallazgos a fin de publicarlos en una revista. 

No obstante, después de una revisión, el manuscrito nos fue devuelto con el comentario de que el fármaco que estábamos empleando como anestesia había sido prohibido cinco años antes. Si hubiéramos tenido acceso a publicaciones actualizadas a través de recursos como AGORA, eso no habría ocurrido”.

Arun Neopane, editor en jefe de la Revista de la Sociedad de Pediatría de Nepal, señala los beneficios que brinda a la salud pública el acceso a la literatura. “Hace un par de años, las universidades, bibliotecas, colegios médicos y organizaciones de investigación en Nepal no tenían acceso a la literatura médica relativa a la investigación proveniente de la mayoría de las revistas revisadas por pares”, dice. “Antes, sólo teníamos acceso a los resúmenes que se encontraban en PubMed/MEDLINE®. Con el acceso a HINARI, el vasto repositorio de literatura médica se abrió repentinamente para nosotros, y ya no hubo vuelta atrás”. Neopane dice que este acceso ha ayudado al personal médico en sus prácticas clínicas y comunitarias e incluso está ayudando indirectamente al país a lograr sus Metas de Desarrollo para el Milenio. 

Pero el solo hacer que las revistas sean asequibles y estén disponibles en línea puede no ser suficiente. Para ver una revista en línea, primero se necesita una computadora y una conexión a Internet capaz de soportar el flujo de datos. “La disponibilidad de una computadora puede ser un verdadero escollo en algunos países”, explica Sue Silver, redactora en jefe de Frontiers in Ecology and the Environment [Fronteras en la ecología y el medio ambiente], que junto con un colega imparte en China talleres sobre cómo lograr publicar en las principales revistas occidentales. “En algunas instituciones puede ser necesario compartir una computadora entre un gran número de personas, de modo que el tiempo de acceso puede ser limitado”. 

La parte espinosa de este problema puede ser grave: un informe de 2007 indicó que los cafés Internet eran el principal punto de conexión con la red para los médicos de pos- grado del Hospital Clínico de Lagos y en la Universidad de Yaundé, en Camerún.

“Además, en algunos países el suministro de electricidad es poco fiable, de modo que puede ser que una computadora y su enrutador no siempre estén funcionando. A esto se agregan los problemas para contar con una conexión lo suficientemente rápida para que sea posible navegar, así como los elevados costos de la conexión”, añade Silver. La velocidad de las conexiones puede ser realmente un problema grave. 

La revista EHP, que publica una edición china como parte de su programa internacional,10 descubrió que muchos lectores chinos estaban teniendo problemas al descargar archivos grandes de PDF porque sólo tenían acceso a módems de conexión por vía telefónica o conexiones de banda estrecha. Este problema se solucionó cuando la revista comenzó a publicar la versión en línea de su edición china en HTML. En general, la situación está mejorando, y el acceso a Internet de banda ancha es ahora más accesible, costeable y rápido”. Los nuevos cables bajo el mar han dotado a África de más ancho de banda internacional”, explica Vanessa Gray, analista principal de tecnología informática y de comunicaciones de la Unión Internacional de Telecomunicación (UIT) en Ginebra. 

“Cada vez más países de África están lanzando servicios móviles de banda ancha de 3G, por lo que son cada vez más las personas que tienen acceso a Internet de alta velocidad”. Pero si bien estos servicios ayudan a incrementar la cobertura y ofrecen movilidad, Gray señala que generalmente proporcionan sólo un acceso a datos limitados a bajas velocidades, lo que los hace poco aptos para los usuarios intensivos como los investigadores o las instituciones. 

Los servicios llamados fijos de banda ancha, que son mucho más veloces, suelen estar limitados a las áreas urbanas y siguen siendo muy costosos, dice, y explica: “Los datos arancelarios de la UIT sugieren que en África el costo de una conexión fija de banda ancha de nivel básico a menudo excede el ingreso mensual percápita promedio”. 

Incluso cuando cuenten con una buena conexión, los investigadores pueden requerir capacitación para el uso de los recursos en línea. “Puede ser que los investigadores que han tenido un acceso limitado a Internet simplemente no sepan cómo buscar información o ni siquiera sepan de la existencia de PubMed [y otros recursos]”, dice Silver. Un informe del año 2010 demostró que la capacidad de los investigadores para utilizar recursos electrónicos en cuatro universidades africanas era limitada debido al uso de estrategias de búsqueda poco sofisticadas.

Además, un informe publicado en 2007 indicó que sólo 47% de los encuestados en cuatro hospitales clínicos africanos sabían de la existencia de HINARI.9 La solución puede ser la capacitación. Research4Life se enfoca en las necesidades de capacitación en infor- mática proporcionando una gama de opciones que van desde cursos breves hasta módulos de capacitación a un ritmo personalizado, así como algu- nos cursos de educación a distancia”, añade Parker.

Sin embargo, a fin de cuentas serán las organizaciones regionales y locales como el Centro de Capacitación y Divulgación de Información para África (ITOCA) las que superarán los obstáculos para que los científicos utilicen nuestros recursos de información y otras herramientas de Internet.” resultados de las investigaciones Sin embargo, el acceso a la literatura no consiste únicamente en poder verla; se trata asimismo de aportar a ella. 

En la Conferencia Mundial de Periodistas Científicos de 2009, Research4Life informó que sus tres iniciativas habían suscitado un incremento drástico en la publicación de resultados de investigación por los científicos de países en desarrollo.

Los análisis demostraron que el crecimiento absoluto de la publicación de resultados entre 1996 y 2002 habría sido de 25% en países que en aquel entonces no habrían sido incluidos en el programa Research4Life (es decir, países que no cumplían con los requisitos para registrarse debido al IBN per cápita que tenían en ese tiempo), de 22% en países que habrían cumplido los requisitos para el acceso gratuito, y 30% en países que habrían tenido derecho al acceso a bajo precio. Sin embargo, entre 2002 y 2008, con la puesta en marcha del programa Research4Life, estas cifras se incrementaron a 67, 145 y 194%, respectivamente.

Si bien algunos autores han cuestionado la fiabilidad de esas cifras, considerándolas especulativas debido a las limitaciones metodológicas, al parecer hay pocas dudas de que estas iniciativas han ayudado a los investigadores de los países en desarrollo a publicar sus trabajos. Najeeb Al-Shorbaji, director de gestión e intercambio de conocimientos en la sede de la OMS en Ginebra, dice que HINARI ha mejorado la calidad de las publicaciones, incrementado el número de artículos indexados y mejorado la capacidad de investigación en los países participantes. 

Por desgracia, la falta de capacitación para la preparación adecuada de los manuscritos sigue siendo un importante obstáculo para muchos investigadores en los países en desarrollo.

No obstante, se dispone de ayuda en este respecto a través de organizaciones como AuthorAID, un programa de INASP que ayuda a los investigadores de los países en desarrollo a mejorar sus destrezas de comunicación científica mediante la tutoría personal y talleres sobre las mejores prácticas para la escritura y publicación de textos científicos. Los investigadores del mundo en desarrollo también se enfrentan a una falta de interés en las áreas en las que trabajan por parte de las revistas internacionales.

Se ven obligados entonces a publicar en revistas nacionales no indexadas, lo que ocasiona que su trabajo permanezca invisible en gran medida. Por supuesto, la barrera del idioma puede ser un obstáculo para muchos científicos no angloparlantes, puesto que la mayoría de las revistas internacionales se publican en inglés.

Incluso cuando estos problemas son superables, es posible que siga existiendo el obstáculo de las cuotas de presentación. El Proyecto de Asociación de Revistas Africanas ha estado lidiando con muchos de estos problemas durante casi una década, asociando revistas africanas selectas con revistas mentoras en Estados Unidos y Gran Bretaña. Por ejemplo, Ghana Medical Journal se ha asociado con The Lancet; Malawi Medical Journal, con JAMA, y Mali Médical, con EHP.

Dichas asociaciones han creado conciencia de la existencia de estas revistas y han mejorado su calidad y, por ende, sus posibilidades de ser indexadas.

Por ejemplo, EHP contribuye a dar visibilidad a su socio distribuyendo la versión en línea de la revista malí, proporcionando capacitación sobre la publicación en línea y enviando a catedráticos a Mali para que dirijan talleres regionales sobre preparación de manuscritos, revisiones por pares y publicación. “Gracias al proyecto de asociación, desde el año 2004 Mali Médical cuenta con una página web, administrada por EHP, y la revista ha sido indexada en MEDLINE y PubMed desde 2008”, señala Siaka Sidibé, editor en jefe de Mali Médical. “Con estos dos pasos, Mali Médical es cada vez más visible, y la revista se difunde en todo el mundo”. 

Otras iniciativas, tales como el Proyecto de Revistas en Línea, supervisado por el Programa para el Mejoramiento de la Información para la Investigación de INASP, están elevando la visibilidad de las revistas nacionales en América Latina, Asia y África. La OMS y sus oficinas regionales también están compilando bases de datos en la forma de Index Medici Regionales y un Index Medicus Global.

Estos índices basados en la red de las revistas médicas y de salud publicadas en los estados miembros de la OMS ofrecen un mejor acceso y visibilidad para las revistas no incluidas en índices internacionales como MEDLINE. Actualmente, a diez años del inicio de HINARI, el acceso a la literatura científica parecería ser menos problemático para los investigadores de los países en desarrollo, pero el problema no ha desaparecido del todo. Sólo con un mayor desarrollo de infraestructura y económico al nivel de políticas nacionales y con una capacitación adecuada puede eliminarse verdaderamente, dice Al-Shorbaji. 

Esto, aunado al entendimiento de que los científicos de las naciones desarrolladas no tienen el monopolio de las ideas ni del conocimiento, debería ser suficiente para alentar la búsqueda de nuevas maneras de mejorar la participación de colegas en el Sur Global. 

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